Gobierno + oposición + ciudadanía desinformada = manifestaciones


Pedro Díaz Polanco
Director de Ciencias Políticas y Gestión Pública
Universidad San Sebastián


El descontento y desconfianza hacia la clase política chilena se ha acrecentado en nuestra sociedad. Un factor importante a la hora de entender esto es todo lo que ocurre con las numerosas manifestaciones sociales que acontecen en el país.

Por un lado, el gobierno se ha comportado con escasa capacidad de anticiparse a los problemas, reaccionando tarde y muchas veces mal. Por el otro, la Concertación –en una muestra de egoísmo político– busca sacar eventuales ventajas electorales, dejando solo al gobierno y muchas veces poniendo obstáculos en la solución de problemas. Y si a ello sumamos una sociedad con escaso conocimiento político y cívico, altamente influenciable por los medios de comunicación y proclive a aceptar como verdades situaciones que no entiende, el clima social se allana al estallido de movilizaciones.

Pensemos en un área como la educación, capaz de motivar la realización de multitudinarias manifestaciones. El gobierno no ha sido capaz de estar a la altura, se ha sometido a la voluntad e intereses de las universidades del Cruch, les ha inyectado recursos millonarios y ha desviado la atención a la creación de instituciones que fiscalicen los centros de educación superior, minimizando la discusión respecto a un tema relevante como es la calidad en la educación y cómo se llega a ella, y sobre todo a cómo llegan preparados los estudiantes a la universidad.

En este mismo ámbito, la Concertación critica al gobierno por no poder poner fin a las movilizaciones, olvidando que gran parte de las actuales reivindicaciones estudiantiles han sido heredadas de sus administraciones durante 20 años.

De esta forma, tenemos una ecuación con un gobierno que no ha sabido ser gobierno, una oposición que ha sido desleal con el país y una sociedad desinformada, arrojando como resultado movilizaciones que no tienen para cuando terminar.
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