Excelencia y calidad

por Valeria Gallardo
Directora de Educación Básica
Universidad San Sebastián


Liceos de excelencia, enseñanza de excelencia, alumnos de excelencia, profesores con excelencia académica. Empecemos por definir el concepto que tan en boga está hoy. Excelencia, según la RAE proviene del Latín excellentĭa y en su primera acepción, significa: “Superior calidad o bondad que hace digno de singular aprecio y estimación algo”. La segunda definición dice relación con “Tratamiento de respeto y cortesía que se da a algunas personas por su dignidad o empleo”.

Como consecuencia del primer ejercicio definitorio, debemos conocer también otro concepto de moda: Calidad. La palabra calidad también es latina qualĭtas, -ātis, y se define como “Propiedad o conjunto de propiedades inherentes a algo, que permiten juzgar su valor”. Valor a su vez se entiende como “Grado de utilidad o aptitud de las cosas, para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite”.

Ahora biValeria Gallardo
Directora de Educación Básica
Universidad San Sebastiánen, aclarados los conceptos podemos entrar en la problemática central: ¿De qué hablamos cuando decimos Liceos de Excelencia? Hablamos de establecimientos educacionales que cumplan con el calificativo de excelencia al lograr una superior calidad lo que los haría digno de un tratamiento de cortesía y dignidad. Pero para ser merecedor de ese tratamiento, la calidad debe ser evidenciada a través de una serie de propiedades inherentes a la escuela como institución. A estas propiedades les asignamos valores superiores, por sobre la norma. El valor superior a la media le dará del sujeto, siguiendo la lógica de los conceptos, un mayor bienestar o deleite de vida.

En una burda interpretación entonces podemos indicar que todos aquellos colegios de excelencia, mayoritariamente de dependencia particular, tienen la fortuna de ser tratados con cortesía y dignidad, los sujetos que cohabitan en esos contextos sentirían un mayor bienestar y deleite por su vida. Habría que observar en terreno si dicho bienestar y deleite son tales.

Como la media en calidad en nuestro país es muy baja, y se mide a través del SIMCE y PSU que califican al sujeto por la capacidad de memorización de contenidos, pero no la aplicabilidad de ellos, cualquier valor sobre la norma podría nominarse Colegio de Excelencia. Lo cual nos lleva a preguntarnos ¿qué tratamiento reciben los colegios de No excelencia, aquellos conocidos por su bajo rendimiento y su permanente color rojo. Color asociado a mala calidad. Lo alumnos que sacan rojos, son malos estudiantes.

Entonces, lo necesario es enfocarse en las propiedades inherentes. ¿Qué es lo inherente a cada colegio que en un valor superior a la norma nacional le permitiría una superior calidad y en consecuencia un mayor bienestar y deleite a las todas las personas sin exclusión?

Ese en este punto en que debemos ponernos de acuerdo, y no sólo para algunos, sino para todos los Liceos y Escuelas del país. Es nuestra responsabilidad.
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