Wetripantu o Noche de San Juán

Anoche salieron los muchachones a sacar entierros, a buscar el Caballito de Siete Colores. Revisaron a medianoche los espejos y contra-espejos de sus propios futuros.
Anoche los braseros se repletaron de brasas duraderas y se amasaron los chopomes de libra.
Juan Bahamonde, comía carne de chancho con sus compadres y familiares, por el rabillo del ojo vio salir del brasero a tres pequeños hombrecitos que voltearon con su apuro el tarro del tiraje.
En la casa de Juan Cadín la bola de chuño bailó sobre el fogón y desparramó brasas de mal augurio entre los festejantes que se persignaban tres veces seguidas para conjurar el chisperío.


¡¡¡¡SAN JUAN, SAN JUAN, DAME MILCAO YO TE DARÉ PAN!!!!

Amanecían gritando:
San Juan, San Juan Pelao
que no tiene carne ni milcao
arriba de su soberao.
Como arcoiris de sonido el grito cruza la quebrada y se pierde en las colinas.
Es la mañana las muchachas invaden los riachuelos del valle para bañarse con los rocíos y aguas bendecidas por el santo de caballería. Así sus cabellos lucirán primorosos y sanos. Los más chicheros se preocupan de azotar con vigor los manzanos para que, al menos, les dé un barrilito de alegría.
A partir de esta fecha una becasina comienza a gritar insistentemente, estando a dos luces, en la mañana y la tarde. Dicen que es el pajarito que auxilia al Santo cuando se le escapa el caballo después de la noche de juerga y de festejo. Por eso le llaman Ataja-ataja que parece decir el grito del ave celestial.
Anoche salieron los muchachones a sacar entierros, a buscar el Caballito de Siete Colores. Revisaron a medianoche los espejos y contra-espejos de sus propios futuros.
Anoche los braseros se repletaron de brasas duraderas y se amasaron los chopomes de libra.
Juan Bahamonde, comía carne de chancho con sus compadres y familiares, por el rabillo del ojo vio salir del brasero a tres pequeños hombrecitos que voltearon con su apuro el tiraje tubular.
En la casa de Juan Cadín la bola de chuño bailó sobre el fogón y desparramó brasas de mal augurio entre los festejantes que se persignaban tres veces seguidas para conjurar el chisperío.
Una brecha en el tiempo para introducir lo lúdico, erótico y lo ingenuo a nuestras cotidianidades.
San Juan, los convoca a la Fiesta: al encuentro, al brindis y a la comida.
Empezaba el invierno y la celebración de los santos en Chiloé.

WETRIPANTU, EL AÑO NUEVO MAPUCHE
En Europa sucedía lo mismo. Tradiciones celtas milenarias eran dueñas de estas noches, celebrando el solsticio estival.
El catolicismo introdujo al Santo de Caballería reemplazando a las festividades paganas [pagus significa campesino en latín] en torno a los solsticios de verano e invierno, en el norte y el sur del planeta.
Los mapuche celebran el solsticio invernal o wetripantu, el tiempo en que sale [vuelve] el sol desde el norte.
El Padre Rafael E. Housse [Epopeya India. 1940] relata que ...a medianoche o a más tardar al alba, todo el mundo está en pie y se va a bañar a la orilla más cercana porque ellos creen que en esta hora matutina posee el agua virtud particular comunicada por el Gran Espíritu a favor de los mapuches diligentes. Ancianos, adultos y niños; hombres y mujeres, enfermos y sanos, todos se lavan en la corriente y todos lanzan a grito pelado, estentóreos vivas al año nuevo. Terminado el prolongado baño, todos brincan, se divierten, charlan y comen hasta que se hace de día; pero, por sobre todo beben chicha /…/ Luego, antes de las ocho, sacrifican un cordero en presencia de toda la tribu. Los ancianos recogen la espumosa sangre en un jarro de barro cocido y la levantan al cielo a la vez que un jarro de chicha; después derraman lentamente por el suelo ambos líquidos pidiendo que sea bueno el año para todos, chicos y grandes. El Espíritu Protector del tiempo así invocado y conquistado, empiezan los regocijos.
El catolicismo se apoderó de esta efeméride, pero aunque con nuevos y desintegrados signos, el Nguillatún y la fiesta mapuche, han sido transplantados a un nuevo escenario: las celebraciones de San Juan, en Chiloé.

CHOPÓN, TROPOM o CALZÓN DE PALO (1)
Un publicista lo definiría como el logotipo de la Noche de San Juan. Es una bola de chuño que al ser colocada sobre las brasas forma delgadas capas, las cuales se van extrayendo y la masa es retornada una y otra vez al fogón hasta que se consume. Los comensales las comen acompañadas de miel, mantequilla, dulce o yides, esos chicharrones menudos que se guardan de los reites de chancho. Acompaña al mate, al café o lo que se bebe en ese momento. La primera capa es apodada la capa del pobre: es más tosca y no deben comerla los niños porque anuncia pobreza, nos dice una vecina de Nercón; esa la come la persona madura, que tenga edad. Hasta la tercera es buena para ellos.
El escenario para este ritual fueron los braseros de cancagua que ya no existen. Hoy se cuece sobre la plancha de la estufa.
TROPÓN es mapuche. Significa explotar, disparar. Pero la gente interpreta estos saltos o bailes de la bola de lío o chuño como mal augurio. Doña Rosa Maimae, ya fallecida, hace algunos años recordaba: Una vuelta, contaba mi abuela, que la brasería era de lujo y pusieron la pelota a las 12 de la noche. Principió a moverse poquito a poquito y después se pasó a loco. Dice que las brasas saltaban lejos. Era mal agüero; se moría el mayor de la casa. Otros creen que la casa es abandonada o simplemente es de mala suerte cuando el tropom se vuelve loco, se priva. Sin embargo, un baile acompañado de chispas lanzadas hacia los asistentes, es señal de buen augurio, de prosperidad económica.
El tropom de líu fue también el centro de la celebración del antiguo wetripantu, el Año Nuevo mapuche. Cuando se pegaban muchos carbones a la capa del tropom anunciaba fortuna para el año venidero; los saltos también atemorizaban a la concurrencia mapuche.
Esta noche, la más larga del año, para los antiguos mapuche era de vigilia y de encuentro con su mapu [territorio] y admapu [tradiciones]. Aquí se recordaba lo que habían heredado y que durante el año tiende a olvidarse si no se practica. Por eso lo que se consumía esa noche eran comidas de la tierra [lo que sobraba se llevaba de vuelta a casa]; se relataban los epeu que son cuentos; se bailaba, se cantaba, se tocaba la trutruca y el trompe. Se celebraba el inicio de otro ciclo en el universo.
El epewün es el momento antes que despunte el sol; entonces salían de sus fogones y corrían en algazara hacia el río, vertiente o estero a bañarse. Al volver se gira en circulo alrededor de la casa, partiendo del este y en sentido contrario a las manecillas del reloj.
Estas tradiciones se juntaron con las españolas, pero se valida la Noche de San Juan, perdiéndose la cosmogonía y la hierofanía que las sustentaban.

LOS ENTIERROS
Así se les llama a los tesoros ocultos, en monedas y lingotes de oro o plata que se les supone originarios de la Colonia y que, en algunos casos pudieron pertenecer a los jesuitas. Los sitios son revelados cuando por las noches se dejan ver tres llamitas blan­quecinas o se reconocen animales mágicos que custodian estos tesoros.
Era muy común asociar la riqueza repentina de ciertos comerciantes con el encuentro de un entierro o una alianza con El Caleuche.
La Noche de San Juan es el momento propicio para llegar a estas riquezas.

ENTIERROS Y VISIONES
Dicen que el espíritu del tesoro se materiali­za en animalitos de extraños colores o formas. El afortunado que tenga esa visión debe tirarle una prenda y el objeto quedará señalando el sitio del entierro. Estos, a veces arden; entonces se ven tres llamitas blanquecinas -como cauquiles- que salen de la tierra.
Cuando uno va a sacar un tesoro se debe lle­var la ropa al revés, sin ningún objeto bendito, sin mentar a Dios ni a su cohorte y el número de la co­mitiva ha de ser impar. Sin estas normas el entierro no se entrega o se corre.
Finalmente, cuando se está cerca de él, prin­cipian a aparecer visiones diabólicas y ruidos de ca­denas y lamentos para espantar a los profanado­res. Por eso ningún buscador de entierros puede ir sin su botellita de aguardiente, para darse coraje.
Pero aquí no ha terminado todo. El vaho de la plata es muy dañino y más de un desenterrador ha muerto al año, seco como una rata envenenada. Al destapar la paila o el pisco de greda hay que ha­cer que un gato o un perro aspiren ese gas.
En Achao, donde se esconde el tesoro de los jesuitas en torno a la iglesia Santa María, se conoce una fórmula novedosa: la Noche de San Juan hay que salir a caminar unos 7 kilómetros y entonces uno se topa con el Caballito de Siete Colores, el cual desaparece en el sitio donde hay un tesoro. Es un hermoso corcel de los cuentos maravillosos europeos, quien generalmente ayuda a la ejecución de las tareas del protagonista.
La isla Imelev, en la comuna de Castro, se supone que se resguarda uno de estos tesoros. Más al sur, en Las Guaitecas, los entierros buscados tienen que ver con el Pirata Ñancúpel, y en la isla Guamblín fue Cambiazo el que escondió la fortuna expoliada en Punta Arenas.

SUBIENDO EL GAMBOA
Desde la Colonia se arrastran creencias vin­culadas al buscado tesoro de los jesuitas . Se dice que la Orden de la Compañía de Jesús había acumu­lado mucha riqueza. Antes de ser expulsados, en 1767, transportaron sus tesoros desde el convento, a través de un túnel que desembocaba en la ladera norte del Gamboa. Lo enterraron dejando como hito una piedra grande con una cruz tallada, dice la leyenda. Otros aseguran que fue depositado al pie de la piedra del camahueto . Donde este mítico unicornio chilote lo custodia.
Doña Inés de Bazán tenía terrenos en este lu­gar y una encomienda veliche dedicada a ex­traer oro en las riberas del Gamboa. Y debió haber algo del preciado metal porque los españoles en­contraron buenas señales de apariencia de la tierra . Lo testimonia también la cima de la ladera norte, llamada cerro Millantuy, que en la lengua de sus an­tiguos ocupantes significó: tierra aurífera o sol de oro .

OTRAS CREENCIAS DE ENTIERROS
  • Los entierros arden con tres llamitas como cauquiles, unas fosforescencias marinas.
  • Cuando un entierro arde, si es de llama roja, es oro [Apiao]; si es blanco, es plata. [Achao]
  • Cuando alguien ve arder un entierro en el nuevo año va a tener suerte. [San Juan]
  • Cuando se va a sacar un entierro no hay que andar trayendo nada bendito porque entonces el entierro no se entrega. [Achao]
  • Para sacar un entierro no hay que mentar a Dios, sino al Diablo, sino el tesoro se corre. Además hay que llevar la ropa al revés y estar acompañado por grupos impares de personas. [Calen]
  • Para encontrar un entierro hay que amarrar un pañuelo blanco y tirarlo donde sale la visión. [Achao]
  • Cuando se va a destapar la paila o la olla del tesoro, hay que evitar el vaho de la plata que es venenoso. Por eso se acostumbra tirar un gato o un perro al hoyo, de lo contrario el que aspire ese gas morirá al año. [Calen]
  • Cuando se está sacando el entierro aparecen visiones monstruosas y ruidos para alejar a los profanadores. Por eso es necesario llevarse una botella de aguardiente para tener coraje. [Calen]
  • En la noche de San Juan se ven arder los entierros. [Calen]
    En la víspera de San Juan debe caminarse siete kilómetros para encontrar al Caballo de Siete Colores, el cual entrega el entierro, desapareciendo en el lugar donde éste se encuentra. [Achao]
  • No sirve mirarse en el espejo en la noche, ni peinarse porque se le puede aparecer el Diablo, especialmente para la Noche de San Juan. [Achao]


PRUEBAS EN NOCHES DE SAN JUAN
  • La Noche de San Juan se cumplirán los deseos pedidos a las estrellas voladoras [Chonchi]
  • La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro: su marido será un goloso o perro durante su vida [Castro]
  • Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro; felicidad si el gato es de otro color [Chulín]
  • Si sale, luego de medianoche, con una gallina negra y da vueltas siete veces la casa, encontrará al Diablo [Chulín]
  • Al primero que encuentra y abraza, luego de las 12, puede ser su pareja. [Matao]
  • Si a medianoche se hace una cruz en los árboles, producirán el doble [Matao]
  • Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer [Chulín]
  • La higuera y el pesebre florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
  • Quien vea florecer la yerba buena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto [Matao]
  • Si entierra una haba y la va a ver a medianoche de San Juan, florecerá [Chulín].
  • En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan [Achao]
  • Hay que lavarse las manos con agua de vertiente para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista [Cheniao]
  • Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas [Achao]
  • Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de vertiente para que den bastante fruta durante el año [Achao]
  • Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan [Quenac]
  • Si esa noche se pide bajo la higuera que la quiera su enamorado, saldrá cierto. [Quenac]
  • Para obtener riqueza hay que descuerar un gato negro en la montaña y con ese cuero hacerse una billetera [Cheniao]
  • Para obtener una llave mágica hay que cocinar vivo un gato negro en pleno monte, encerrándose en un círculo para que las visiones queden fuera. Una vez cocinado, uno de los huesos tendrá la virtud de abrir cualquier puerta [Castro]
    No sirve mirarse en el espejo en la noche, ni peinarse porque se le puede aparecer el Diablo, especialmente para la Noche de San Juan. [Achao]
  • La Noche de San Juan hay que ponerse bajo la higuera para aprender a tocar guitarra [Tocoihue]. La misma noche también se puede aprender, ubicándose en el cruce de cuatro caminos donde aparecerá el Diablo para enseñarle. [Chulín]



Renato Cárdenas Álvarez
Castro
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